Marcando tendencias
París siempre ha sido un referente en el aspecto de la moda, imponiendo estilos, diseños y colores, especialmente en América. En el decenio de 1890, aparecieron en los diarios varios anuncios donde se promocionan almacenes, sastres y modistas que permiten dar una idea de cómo vestían las personas durante el gobierno de Reyna Barrios. Varios de estos promocionales son acompañados de ilustraciones, especialmente los de damas. De igual forma han llegado hasta la actualidad fotografías que amplían información sobre el asunto.
De cuellos altos y chalecos
Los caballeros vestían trajes formales con camisas de cuellos altos, acompañados de chalecos, así como corbatas y lazos atados de diversas formas, no podían faltar los sombreros y bastones; para las fiestas de gala era imprescindible usar guantes. En varios sectores de la ciudad de Guatemala había sastrerías y personas que se dedicaban a confeccionar la ropa que utilizaban los caballeros, así como a distribuir telas, una de estas eran la Royal de Quelain y Silverman, ubicada en la 7ª avenida sur número 9.
Confección internacional
Por su parte las damas vestían por lo general dos prendas: falda y blusa.
La primera por lo regular era larga, acampanada y con cola; mientras que la segunda era de manga larga y de grandes proporciones en los hombros. El uso excesivo de encajes fue un común denominador especialmente en blusas y fustanes. Varias de las prendas que usaban las damas guatemaltecas eran realizadas por modistas, muchas de ellas llegadas de Estados Unidos o Francia.
La belle epoque
En esta época, conocida en francés como la belle epoque, desapareció la crinolina y fue sustituida por el polisón, una pieza similar pero que solo destacaba la parte posterior de la cadera. Además, se aumentó la importancia del corsé, convirtiéndose en una prenda trasformaba la figura de la mujer para que pareciera una cintura de “avispa” .
En la Sexta Avenida surgieron varios establecimientos con artículos importados para dama, entre ellos el Fémina, de Julia Uberschaer y Cía., especializada en ropa femenina a la “m, también oda reinante en París “; el Rosa de Francia, de Magdalena de Morales, también de ropa femenina.
Época de cambios
Las poblaciones indígenas están experimentando grandes cambios den su indumentaria. El uso de pantalones cortos era común entre los hombres de todos los estratos sociales, así como el uso de sombreros de fieltro. El vestuario de las mujeres presentaba variantes las cuales iban a depender de la situación climática de las regiones, para esa época era común llevar el torso descubierto, especialmente cuando se estaba en casa. En regiones aledañas a la capital, como Mixco y Chinautla, los cortes no se usaban envueltos. Sino plegados a la manera de las faldas de tipo occidental. Completaban la indumentaria femenina los collares o chachales, rebozos y paños para cubrirse la cabeza.
Marcando tendencias
París siempre ha sido un referente en el aspecto de la moda, imponiendo estilos, diseños y colores, especialmente en América. En el decenio de 1890, aparecieron en los diarios varios anuncios donde se promocionan almacenes, sastres y modistas que permiten dar una idea de cómo vestían las personas durante el gobierno de Reyna Barrios. Varios de estos promocionales son acompañados de ilustraciones, especialmente los de damas. De igual forma han llegado hasta la actualidad fotografías que amplían información sobre el asunto.
De cuellos altos y chalecos
Los caballeros vestían trajes formales con camisas de cuellos altos, acompañados de chalecos, así como corbatas y lazos atados de diversas formas, no podían faltar los sombreros y bastones; para las fiestas de gala era imprescindible usar guantes. En varios sectores de la ciudad de Guatemala había sastrerías y personas que se dedicaban a confeccionar la ropa que utilizaban los caballeros, así como a distribuir telas, una de estas eran la Royal de Quelain y Silverman, ubicada en la 7ª avenida sur número 9.
Confección internacional
Por su parte las damas vestían por lo general dos prendas: falda y blusa.
La primera por lo regular era larga, acampanada y con cola; mientras que la segunda era de manga larga y de grandes proporciones en los hombros. El uso excesivo de encajes fue un común denominador especialmente en blusas y fustanes. Varias de las prendas que usaban las damas guatemaltecas eran realizadas por modistas, muchas de ellas llegadas de Estados Unidos o Francia.
La belle epoque
En esta época, conocida en francés como la belle epoque, desapareció la crinolina y fue sustituida por el polisón, una pieza similar pero que solo destacaba la parte posterior de la cadera. Además, se aumentó la importancia del corsé, convirtiéndose en una prenda trasformaba la figura de la mujer para que pareciera una cintura de “avispa” .
En la Sexta Avenida surgieron varios establecimientos con artículos importados para dama, entre ellos el Fémina, de Julia Uberschaer y Cía., especializada en ropa femenina a la “m, también oda reinante en París “; el Rosa de Francia, de Magdalena de Morales, también de ropa femenina
Época de cambios
Las poblaciones indígenas están experimentando grandes cambios den su indumentaria. El uso de pantalones cortos era común entre los hombres de todos los estratos sociales, así como el uso de sombreros de fieltro. El vestuario de las mujeres presentaba variantes las cuales iban a depender de la situación climática de las regiones, para esa época era común llevar el torso descubierto, especialmente cuando se estaba en casa. En regiones aledañas a la capital, como Mixco y Chinautla, los cortes no se usaban envueltos. Sino plegados a la manera de las faldas de tipo occidental. Completaban la indumentaria femenina los collares o chachales, rebozos y paños para cubrirse la cabeza.
Marcando tendencias
París siempre ha sido un referente en el aspecto de la moda, imponiendo estilos, diseños y colores, especialmente en América. En el decenio de 1890, aparecieron en los diarios varios anuncios donde se promocionan almacenes, sastres y modistas que permiten dar una idea de cómo vestían las personas durante el gobierno de Reyna Barrios. Varios de estos promocionales son acompañados de ilustraciones, especialmente los de damas. De igual forma han llegado hasta la actualidad fotografías que amplían información sobre el asunto.
De cuellos altos y chalecos
Los caballeros vestían trajes formales con camisas de cuellos altos, acompañados de chalecos, así como corbatas y lazos atados de diversas formas, no podían faltar los sombreros y bastones; para las fiestas de gala era imprescindible usar guantes. En varios sectores de la ciudad de Guatemala había sastrerías y personas que se dedicaban a confeccionar la ropa que utilizaban los caballeros, así como a distribuir telas, una de estas eran la Royal de Quelain y Silverman, ubicada en la 7ª avenida sur número 9.
Confección internacional
Por su parte las damas vestían por lo general dos prendas: falda y blusa.
La primera por lo regular era larga, acampanada y con cola; mientras que la segunda era de manga larga y de grandes proporciones en los hombros. El uso excesivo de encajes fue un común denominador especialmente en blusas y fustanes. Varias de las prendas que usaban las damas guatemaltecas eran realizadas por modistas, muchas de ellas llegadas de Estados Unidos o Francia.
La belle epoque
En esta época, conocida en francés como la belle epoque, desapareció la crinolina y fue sustituida por el polisón, una pieza similar pero que solo destacaba la parte posterior de la cadera. Además, se aumentó la importancia del corsé, convirtiéndose en una prenda trasformaba la figura de la mujer para que pareciera una cintura de “avispa” .
En la Sexta Avenida surgieron varios establecimientos con artículos importados para dama, entre ellos el Fémina, de Julia Uberschaer y Cía., especializada en ropa femenina a la “m, también oda reinante en París “; el Rosa de Francia, de Magdalena de Morales, también de ropa femenina.
Época de cambios
Las poblaciones indígenas están experimentando grandes cambios den su indumentaria. El uso de pantalones cortos era común entre los hombres de todos los estratos sociales, así como el uso de sombreros de fieltro. El vestuario de las mujeres presentaba variantes las cuales iban a depender de la situación climática de las regiones, para esa época era común llevar el torso descubierto, especialmente cuando se estaba en casa. En regiones aledañas a la capital, como Mixco y Chinautla, los cortes no se usaban envueltos. Sino plegados a la manera de las faldas de tipo occidental. Completaban la indumentaria femenina los collares o chachales, rebozos y paños para cubrirse la cabeza.